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UCDM Lección 92: Los milagros se ven en la luz, y la luz y la fortaleza son una

1. La idea de hoy es una ampliación de la anterior. 2 No asocias la luz con la fortaleza ni la obscuridad con la
debilidad. 3 Ello se debe a que tu idea de lo que significa ver está vinculada al cuerpo, a sus ojos y a su cerebro.
4 De ahí que creas que puedes cambiar lo que ves poniendo trocitos de vidrio delante de tus ojos. 5 Ésta es una
de las muchas creencias mágicas que proceden de tu convicción de que eres un cuerpo y de que los ojos del
cuerpo pueden ver.
2. Crees también que el cerebro puede pensar. 2 Si comprendieras la naturaleza del pensamiento, no podrías por
menos que reírte de esta idea tan descabellada. 3 Es como si creyeras que eres tú el que sostiene el fósforo que
enciende el sol y le da todo su calor; o quien sujeta al mundo firmemente en sus manos hasta que decidas
soltarlo. 4 Esto, sin embargo, no es más disparatado que creer que los ojos del cuerpo pueden ver o que el
cerebro puede pensar.
3. La Fortaleza de Dios que mora en ti es la luz en la que ves, de la misma manera como es Su Mente con la que
piensas. 2 Su Fortaleza niega tu debilidad. 3 Y es ésta la que ve a través de los ojos del cuerpo, escudriñando la
obscuridad para contemplar lo que es semejante a ella misma: los mezquinos y los débiles, los enfermizos y los
moribundos; los necesitados, los desvalidos y los amedrentados; los afligidos y los pobres, los hambrientos y
los melancólicos. 4 Esto es lo que se ve a través de los ojos que no pueden ver ni bendecir.
4. La fortaleza pasa por alto todas estas cosas al mirar más allá de las apariencias. 2 Mantiene su mirada fija en la
luz que se encuentra más allá de ellas. 3 Se une a la luz de la que forma parte. 4 Se ve a sí misma. 5 Te brinda la
luz en la que tu Ser aparece. 6 En la obscuridad percibes un ser que no existe. 7 La fortaleza es lo que es verdad
con respecto a ti, mas la debilidad es un ídolo al que se honra y se venera falsamente a fin de disipar la
fortaleza y permitir que la obscuridad reine allí donde Dios dispuso que hubiera luz.
5. La fortaleza procede de la verdad y brilla con la luz que su Fuente le ha otorgado; la debilidad refleja la
obscuridad de su hacedor. 2 Está enferma, y lo que ve es la enfermedad, que es como ella misma. 3 La verdad
es salvadora, y su voluntad es que todo el mundo goce de paz y felicidad. 4 La verdad le da el caudal ilimitado
de su fortaleza a todo aquel que la pide. 5 Reconoce que si a alguien le faltara algo, les faltaría a todos. 6 Y por
eso imparte su luz, para que todos puedan ver y beneficiarse cual uno solo. 7 Todos comparten su fortaleza, de
manera que ésta pueda conceder a todos el milagro en el que se unirán en un propósito, en el perdón y el amor.
6. La debilidad, que mira desde la obscuridad, no puede ver propósito alguno en el perdón o en el amor. 2 Ve todo
como diferente de ella misma, y no ve nada en el mundo que quisiera compartir. 3 Juzga y condena, pero no
ama. 4 Permanece en la obscuridad para ocultarse, y sueña que es fuerte y victoriosa, vencedora de limitaciones
que, en la obscuridad, crecen hasta alcanzar enormes proporciones.
7. La debilidad se teme, se ataca y se odia a sí misma, y la obscuridad cubre todo lo que la debilidad ve, y le deja
sus sueños que son tan temibles como ella misma. 2 Ahí no encontrarás milagros sino odio. 3 La debilidad se
separa de lo que ve, mientras que la luz y la fortaleza se perciben a sí mismas cual una sola. 4 La luz de la
fortaleza no es la luz que tú ves. 5 No cambia ni titila hasta finalmente extinguirse. 6 No cambia de la
obscuridad de la noche a la luz del día, y de vuelta a la obscuridad hasta que se hace de día otra vez.
8. La luz de la fortaleza es constante, tan segura como el amor y eternamente feliz de darse a sí misma, ya que no
puede sino darse a lo que ella misma es. 2 Nadie que pida compartir su visión lo hace en vano, y nadie que
entre en su morada puede partir sin un milagro ante sus ojos y sin que la fortaleza y la luz moren en su corazón.
9. La fortaleza que mora en ti te ofrecerá luz y guiará tu visión para que no habites en las vanas sombras que los
ojos del cuerpo te proporcionan a fin de que te engañes a ti mismo. 2 La fortaleza y la luz se unen en ti, y ahí
donde se unen tu Ser se alza presto a recibirte como Suyo. 3 Tal es el lugar de encuentro que hoy trataremos de
hallar para descansar en él, pues la Paz de Dios está ahí donde tu Ser, Su Hijo, aguarda ahora para encontrarse
Consigo Mismo otra vez y volver a ser uno.
10. Dediquemos veinte minutos en dos ocasiones hoy a estar presentes en ese encuentro. 2 Déjate conducir ante tu
Ser. 3 Su fortaleza será la luz en la que se te concederá el don de la visión. 4 Deja atrás hoy la obscuridad por un rato, y practica ver en la luz, cerrando los ojos del cuerpo y pidiéndole a la verdad que te muestre cómo hallar
el lugar de encuentro entre el ser y el Ser, en el que la luz y la fortaleza son una.
11. Así es como practicaremos mañana y noche. 2 Después de la reunión de por la mañana, usaremos el día para
prepararnos para la de por la noche, cuando nuevamente nos volveremos a reunir en confianza. 3 Repitamos la
idea de hoy tan a menudo como sea posible y reconozcamos que es un preludio a la visión y que se nos está
llevando de las tinieblas a la luz, donde únicamente se pueden percibir los milagros.

COMENTARIO DE JESÚS CANALIZADO POR TINA SPALDING
Vosotros sois de hecho seres bendecidos. Yo soy aquel que conoces como Jesús. Hay, por supuesto, resistencia a esta lección porque te han dicho, de hecho, que los ojos son los que ven. Pero los ojos son el mecanismo por el cual el ego te trae su mundo oscuro y separado. Te lo trae porque lo quieres.
Todos vinieron aquí para explorar los ídolos y el patio de recreos del ego. Tú eliges lo que ves aquí. Eliges la separación. Eliges cuerpos. Y eliges tus ídolos. La mayoría de ustedes saben que esas cosas no les agradan. No les hacen feliz. De hecho, ellos prueban tu creencia en la separación y los ídolos.
A medida que atraviesas tu encarnación, te enamoras menos del mundo. Te enamoras menos del cuerpo. Al despertar en esta encarnación, comprendes lo que crees sobre el mundo y lo que ves. Si vas al mundo como un cínico que cree en la muerte, eso es lo que te traen tus ojos. Por el contrario, si vas al mundo enfocándote en los milagros, eso es lo que te traerás a ti mismo. Tú eres el perceptor. Tú decides lo que experimentas y lo que ves. Realmente eres el creador de la visión de lo que ven los ojos del cuerpo físico.
Es por eso que aquellos seres sin práctica espiritual tienen miedo cuando miran alrededor del mundo. Están asustados, desilusionados, tristes, deprimidos y enfadados porque creen en los ojos del cuerpo. Ven el resultado del patio de recreo del ego, y no es un espectáculo agradable.
Para aquellos de ustedes que siguen estas lecciones, ven la belleza en todos. Ven la luz detrás del comportamiento disfuncional. Te vuelves capaz de perdonar y ofrecer amor. En esa visión creas milagros.
Yo soy aquel a quien conoces como Jesús, y te volveremos a ver mañana.

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