1. Padre, deseo lo que va en contra de mi voluntad y no lo que es mi voluntad tener. 2 Rectifica mi mente, Padre
mío, 3 pues está enferma. 4 Pero Tú has ofrecido libertad, y yo elijo reclamar Tu regalo hoy. 5 Y así, le entrego
todo juicio a Aquel que Tú me diste para que juzgara por mí. 6 Él ve lo que yo contemplo, sin embargo, conoce
la verdad. 7 Ve el dolor, mas comprende que no es real, y a la luz de Su entendimiento el dolor se subsana. 8 Y
concede los milagros que mis sueños quieren ocultar de mi conciencia. 9 Que sea Él Quien juzgue hoy. 10 No
conozco mi voluntad, pero Él está seguro de que es la Tuya. 11 Y hablará en mi nombre e invocará Tus
milagros para que vengan a mí.
2. Escucha hoy. 2 Permanece muy quedo y oye la dulce Voz que habla por Dios asegurarte que Él te ha juzgado
como el Hijo que Él ama.
COMENTARIO DE JESÚS CANALIZADO POR TINA SPALDING
Vosotros sois de hecho seres bendecidos. Yo soy aquel que conoces como Jesús. No crees que la ira provenga del juicio; crees que la ira proviene del conocimiento. Crees que sabes lo que es correcto y lo que debería ocurrir; por lo tanto, cuando no ocurre, te enfadas. Este es un defecto fundamental en tus procesos de pensamiento.
Esta lección te enseña que tus juicios contra el mundo, sobre el mundo, sobre otras personas y contra otras personas son las mismas cosas que te causan sufrimiento. Son las mismas cosas que haces inconscientemente para mantener viva la separación. Por eso es tan difícil abandonar el juicio, porque inconscientemente lo quieres. Inconscientemente, el ego-mente sabe que mientras juzgues y no estés en un estado de aceptación incondicional, mantienes viva la mentalidad de separación.
El ego mantiene viva la mentalidad de separación porque, para el ego, es segura. La separación de Dios, para el ego, significa seguridad, porque el ego le teme a Dios. Esta es una enseñanza fundamental de Un Curso de Milagros: inconscientemente temes a la salvación. Le temes a Dios y haces todo lo posible para mantener viva la separación, sabiendo que te aleja de Dios.
Apartarte del juicio es reconocer que entiendes cómo se mantiene la separación y que eliges no mantenerla más. Usas tu libre albedrío, comprendiendo que has llegado a este punto a través de tus estudios de Un Curso de Milagros.
Yo soy aquel que conoces como Jesús, y te hablaremos de nuevo mañana.