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UCDM Lección 345: Hoy sólo ofrezco milagros, pues quiero que retornen a mí

1. Padre, todo milagro es un reflejo de los regalos que me haces a mí, Tu Hijo. 2 Y cada uno que concedo retorna
a mí, recordándome que la ley del amor es universal. 3
Incluso aquí, ésta adopta una forma que se puede
reconocer y cuya eficacia puede verificarse. 4 Los milagros que concedo se me devuelven en la forma que más
me puede ayudar con los problemas que percibo. 5 Padre, en el Cielo es diferente, pues allí no hay
necesidades. 6 Pero aquí en la tierra, el milagro se parece más a Tus regalos que cualquier otro regalo que yo
pueda dar. 7 Así pues, que hoy haga sólo este regalo, que al haber nacido del verdadero perdón, ilumina el
camino que debo recorrer para recordarte.
2. Que la paz sea con todos los corazones que la buscan. 2 La luz ha venido a ofrecer milagros para bendecir a este
mundo exhausto. 3 Éste hallará descanso hoy, pues ofreceremos lo que hemos recibido.

COMENTARIO DE JESÚS CANALIZADO POR TINA SPALDING
Vosotros sois de hecho seres bendecidos. Yo soy aquel que conoces como Jesús. Tu trabajo aquí es convertirte en una mente milagrosa.
En lugar de ofrecer odio, separación y miedo, ofrece amor, comunión y conexión. De nuevo, queremos recordarte que esto no tiene que hacerse físicamente con la gente. Puede y debe hacerse inicialmente dentro de tu propia mente.
Tú estás monitoreando lo que piensas sobre la gente, lo que sientes sobre la gente, y lo que temes con respecto a la gente. Ahí es donde se hace el trabajo. Ahí es donde se crea el milagro—en el ser con mente milagrosa. No es un acto físico hasta que la mente ha sido cambiada y los procesos de pensamiento han sido sanados.
Una vez que tu mente está sanada, entonces tu comportamiento sigue naturalmente el mismo camino. Si no cambias tu mente, entonces tu comportamiento te causará estrés y conflicto, porque actuar más espiritualmente cuando no estás pensando de esa manera crea una grieta dentro de tu mente. Te estás forzando a comportarte de una manera en la que no crees. Esto es lo que hacen muchas personas en tu mundo: juzgan lo que hacen pero no juzgan lo que piensan, y no ven que el pensamiento realmente transforma permanentemente el comportamiento.
Tú lo verás en las personas que intentan cambiar sus hábitos alimenticios. Inmediatamente van al efecto, que es la comida que siguen eligiendo y que está agregando peso a sus cuerpos, por lo cual tratarán de cambiar el efecto.Sin embargo, sólo pueden hacerlo durante un tiempo. Si quieres perder o ganar peso, primero tienes que cambiar tu mente. Mira películas, documentales o videos sobre las cosas que quieres conseguir. Quizás veas un video de alguien que es un muy buen atleta. Tú, al no ser un muy buen atleta, no estás familiarizado con este mundo en absoluto. Pero si quieres estar más en forma, digamos, puedes ver información y aprender de gente que está en forma, porque claramente, por tu comportamiento y tu estructura física, eso no es algo que te hayan enseñado, y no sabes cómo hacerlo.
Si no cambias tu mente reprogramándola y poniendo nueva información—lo llamaré «actualizar tu software»— tu mente querrá volver a lo que siempre ha hecho y siempre ha sabido. ¿Por qué? Porque es el camino del ego. El ego no busca la mejora. Busca lo mismo. Así que si te han enseñado hábitos poco saludables, estás viendo en tu comportamiento poco saludable la elección del ego para eso. Por alguna razón, en algún lugar, de alguna manera, eso tuvo sentido para el ego.
Recuerda que el propósito del ego es mantener el cuerpo vivo. No quiere estar sano. En realidad no quiere mantenerte vivo a largo plazo. Es un aspecto de la conciencia muy, muy centrado en el corto plazo. Dice: «Si hay comida delante de mí, me la voy a comer, porque puede que no haya comida en una hora.» Esta es una creencia de muy, muy corto alcance, basada en el miedo: «Si no me como esta comida, puede que no haya nada en una hora.» Ahora, esta es una parte muy primitiva del cerebro— el ego-mente.
La mente más evolucionada, de mayor frecuencia (la más actualizada) dirá: «Hay mucha comida por todas partes. No necesito comer en exceso ahora mismo porque no quiero vivir las consecuencias de esto a largo plazo. También sé, dada mi educación y mi consciencia, que la comida está disponible. Así que puedo comer un poco ahora y cuando vuelva a tener hambre, también puedo comer un poco entonces. No necesito atiborrarme.»
Ahora bien, no estamos juzgando a las personas que tienen problemas de peso o de alimentación. Tu sociedad está muy distorsionada sobre este tema y muchos de ustedes han sido abusados a través de la comida, especialmente por los sistemas de marketing de tu planeta. Lo que queremos que sepas es que el milagro comienza en tu mente. Por lo tanto, empieza por ahí. Cambia tu mente con respecto a aquellos temas que no están amorosamente alineados con tu mayor bien y que te gustaría cambiar en poco tiempo.
Yo soy aquel que conoces como Jesús, y te hablaremos mañana.

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