1. La muerte es un pensamiento que adopta muchas formas que a menudo no se reconocen. 2 La muerte puede
manifestarse en forma de tristeza, miedo, ansiedad o duda; en forma de ira, falta de fe y desconfianza;
preocupación por el cuerpo, envidia, así como en todas aquellas formas en las que el deseo de ser como no eres
pueda venir a tentarte. 3 Todos esos pensamientos no son sino reflejos de la veneración que se le rinde a la
muerte como salvadora y portadora de la liberación.
2. En cuanto que encarnación del miedo, anfitrión del pecado, dios de los culpables y señor de toda ilusión y
engaño, el pensamiento de muerte parece ser muy poderoso. 2 Pues parece encerrar a todo ser vivo en sus
marchitas manos; a todo deseo y esperanza en su puño funesto, y percibir toda meta únicamente a través de sus
ojos invidentes. 3 Los débiles, los indefensos, así como los enfermos se postran ante su imagen, al pensar que
sólo ella es real, inescapable y digna de su confianza. 4 Pues la muerte es lo único que inevitablemente llegará.
3. Todas las cosas, excepto la muerte, parecen ser inciertas y perderse demasiado pronto, sin importar lo difícil que
haya sido adquirirlas.
a Ninguna de ellas parece ofrecernos seguridad con respecto a lo que nos ha de brindar, y
son propensas a defraudar las esperanzas que una vez nos hicieron abrigar y a dejar tras sí un mal sabor de
boca en lugar de aspiraciones y sueños. 2 Pero con la muerte se puede contar, 3 pues vendrá con pasos firmes
cuando haya llegado su hora. 4 Nunca cesará de tomar como rehén todo lo que tiene vida.
4. ¿Te postrarías ante ídolos como éste?
2 Aquí la Fortaleza y el Poderío de Dios Mismo se perciben dentro de un
ídolo hecho de polvo. 3 Aquí se proclama que lo opuesto a Dios es señor de toda la Creación, más fuerte que la
Voluntad de Dios por la vida, más fuerte que la infinitud del amor y la perfecta e inmutable constancia del
Cielo. 4 Aquí la Voluntad del Padre y del Hijo es finalmente derrotada y enterrada bajo la lápida que la muerte
ha colocado sobre el cuerpo del santo Hijo de Dios.
5. Impío ahora por la derrota, el Hijo de Dios se ha convertido en lo que la muerte quería hacer de él. 2 En su
epitafio, escrito por la propia muerte, no se menciona su nombre, pues ha pasado a ser polvo. 3 En él sólo se
menciona esto: “Aquí yace un testigo de que Dios ha muerto”. 4 Y esto es lo que la muerte escribe una y otra
vez, mientras sus veneradores asienten y, postrándose con sus frentes en el suelo, susurran llenos de miedo que
así es.
6. Es imposible venerar a la muerte en cualquiera de las formas que adopta y, al mismo tiempo, seleccionar unas
cuantas que no favoreces—y que incluso deseas evitar—mientras aún sigues creyendo en el resto. 2 Pues la
muerte es total. 3 O bien todas las cosas mueren o bien todas viven y no pueden morir. 4 En esto no hay
términos medios. 5 Pues aquí nos encontramos de nuevo ante algo que es obvio y que debemos aceptar si
queremos gozar de cordura: lo que contradice totalmente un pensamiento no puede ser verdad, a menos que se
haya demostrado la falsedad de su opuesto.
7. La idea de que Dios ha muerto es algo tan absurdo que incluso a los dementes les resulta difícil creerlo. 2 Pues
implica que Dios estuvo vivo una vez y que de alguna manera murió, aparentemente asesinado por aquellos
que no querían que sobreviviese. 3 Al ser la voluntad de éstos más fuerte pudo vencer a la Suya y, de esta
manera, la vida eterna sucumbió ante la muerte. 4 Y al morir el Padre, murió también el Hijo.
8. Puede que los que veneran la muerte tengan miedo. 2 Sin embargo, ¿pueden ser estos pensamientos realmente
temibles?
3 Si se dieran cuenta de que eso es lo que creen, se liberarían de inmediato. 4 Esto es lo que les vas a
mostrar hoy. 5 La muerte no existe, y renunciamos a ella en todas sus formas, tanto por la salvación de ellos
como por la nuestra. 6 Dios no creó la muerte. 7 Por lo tanto, cualquier forma que adopte tiene que ser una
ilusión. 8 Ésta es la postura que hoy vamos a adoptar. 9 Y se nos concede poder mirar allende la muerte y ver la
vida que se encuentra más allá.
9. Padre nuestro, bendice hoy nuestros ojos. 2 Somos Tus emisarios y deseamos contemplar el glorioso reflejo de
Tu Amor que refulge en todas las cosas. 3 Vivimos y nos movemos únicamente en Ti. 4 No estamos separados
de Tu Vida eterna. 5 La muerte no existe, pues la muerte no es Tu Voluntad. 6 Y moramos allí donde Tú nos
ubicaste, en la Vida que compartimos Contigo y con todo ser vivo para ser como Tú y parte de Ti para siempre. 7 Aceptamos Tus Pensamientos como nuestros y nuestra voluntad es eternamente Una con la Tuya. 8 Amén.
COMENTARIO DE JESÚS CANALIZADO POR TINA SPALDING
Vosotros sois de hecho seres bendecidos. Yo soy aquel que conoces como Jesús. ¿No parece imposible de creer que no hay muerte? Bueno, yo vencí a la muerte. Yo vivo. Tú estabas vivo antes de este cuerpo. Vives en este cuerpo, pero no eres de este cuerpo, y seguirás viviendo después de que este cuerpo haya dejado de ser útil.
La muerte es una idea ilusoria. La muerte no existe. Tú cuenta una historia sobre la muerte, y sí, ¡adoras la muerte! Mira tus programas de televisión. ¿Cuáles son los más populares? Los de asesinato. Lo miras por el drama, dices. No, hay fascinación por la muerte. También puedes verlo en tu fascinación por la enfermedad— lo rápido que le dices a alguien que no te encuentras bien, el dolor que tienes— deseando compartir ese dolor con alguien más, originarlo en ellos.
Estas verdades son difíciles de escuchar porque completamente crees en ellas. Tú crees que vas a morir, y por eso es cierto. Mueres en la forma en la que crees. Tú no morirás. Tu consciencia continuará después de que el cuerpo haya desaparecido. Pero no tiene porque suceder así. Eso no es lo que me pasó a mí. Yo no morí en la cruz. Dejé mi cuerpo y reconstruí otro. Ya no estaba condenado a vivir dentro de la forma mortal. Había alcanzado un punto de evolución de la consciencia que me permitió dominar el mundo físico/material. Mi alineación completa con el amor y mi conexión con lo Divino te libera del peso de la muerte. Está ahí para que todos lo tomen, pero debes dejar de creer en la muerte. Debes dejar de verlo como algo inevitable.
Queremos que hoy empieces a contar una historia diferente. Este puede ser tu mantra: “Puedo vencer la muerte. La muerte es una ilusión. La muerte no es verdad. Yo estaba vivo antes que este cuerpo. Estoy vivo dentro de este cuerpo. No soy este cuerpo, y continuaré viviendo por los siglos de los siglos. Amén”.
La muerte es la gran Parca que el ego usa como prueba de que Dios no es real. Por eso que tu mundo es tan confuso para ti, porque este lugar de separación al que has venido— este lugar de separación en el que adoras la muerte y hablas de ella todo el tiempo— este lugar no está hecho por Dios. Es un lugar al que has elegido entrar para perseguir a tus ídolos y continuar en el ciclo kármico. Queremos que te liberes de ese ciclo. Pero debes hacerlo dentro del transcurso de una vida. No te sucederá en las otras vidas si todavía crees en ella en tu transcurso de vida. Empieza hoy mismo a contar una nueva historia sobre la muerte. Empieza a decirte a ti mismo que no es real, aunque todavía creas que lo es. Empieza a experimentar y vivir estas nuevas creencias e ideas. Son realmente poderosas; difíciles de creer pero verdaderas.
Yo soy aquel que conoces como Jesús, y te veremos de nuevo mañana.