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UCDM Lección 85: Repaso II: Parte 5

1. (69) Mis resentimientos ocultan la luz del mundo de mí.
2 Mis resentimientos me muestran lo que no está ahí y me ocultan lo que quiero ver. 3 Habiendo reconocido esto,
¿para qué los iba a querer?
4 Mis resentimientos me mantienen en la obscuridad y ocultan la luz. 5 Los
resentimientos y la luz no pueden coexistir, pero la luz y la visión tienen que unirse para yo poder ver. 6 Y para
poder ver tengo que desprenderme de mis resentimientos. 7 Quiero ver, y ése será el medio por el que lo lograré.
2. Las aplicaciones concretas de esta idea podrían hacerse de la siguiente manera:
2 Que no haga de esto un obstáculo a la visión.
3 La luz del mundo desvanecerá todo esto con su resplandor.
4 No tengo necesidad de esto. 5 Lo que quiero es ver.
3. (70) Mi salvación procede de mí.
2 Hoy reconoceré dónde está mi salvación. 3 Está en mí porque ahí es donde está su Fuente. 4 No ha abandonado
su Fuente, por lo tanto, no pudo haber abandonado mi mente. 5 Dejaré de buscarla fuera de mí mismo. 6 No es
algo que se encuentre afuera y luego tenga que traerse dentro. 7 Se extenderá desde dentro de mí, y todo aquello
que vea no hará sino reflejar la luz que brilla en mí y en sí misma.
4. Las siguientes variaciones de la idea son apropiadas para las aplicaciones más concretas:
2 Que esto no me tiente a buscar mi salvación fuera de mí mismo.
3 No permitiré que esto interfiera en la conciencia que tengo de la Fuente de
mi salvación.
4 Esto no puede privarme de la salvación.

COMENTARIO DE JESÚS CANALIZADO POR TINA SPALDING
Vosotros sois de hecho seres bendecidos. Yo soy aquel que conoces como Jesús. Estamos muy contentos de que estés con nosotros hoy. Nuestra querida tiene un pequeño cosquilleo en la garganta, una voz ronca con la que ha estado luchando, así que esperamos que le des un poco de margen a su actuación de hoy.
Tu salvación está dentro de tu propia consciencia y, por supuesto en tu sociedad se te ha enseñado todo lo contrario. Se te ha enseñado que tu salvación consiste en conseguir un coche nuevo, comprar una casa grande o casarse con la persona adecuada. Entonces, por muchas encarnaciones persigues tu cola, por así decirlo. Persigues cosas fuera de ti mismo cuando, de hecho, tu salvación viene de dentro.
¿Por qué viene de dentro? Bueno, dentro de ti está la llave de la puerta al despertar. Al liberar tu apego al juicio y la separación, encuentras tu camino a casa. Está dentro y arriba, y no “ahí fuera”. Te toma un tiempo darte cuenta de que todos los ídolos, cosas, personas, lugares y experiencias que persigues no te hacen feliz. No te traen paz. Una vez que haces esto durante algunas décadas, tienes lo que llamas una “crisis de la mediana edad”, en la que decides que todo lo que haces está mal, esto no te hace feliz y pruebas algo completamente nuevo. Mudarse a México, comprar un coche deportivo, abandonar a tu cónyuge, casarte con una persona más joven, hacerte un estiramiento facial; lo que sea que decidas que será, la cosa exterior que aún no encontraste. Desafortunadamente, para la mayoría de personas que atraviesan la crisis de la mediana edad, tampoco lo encuentran allí.
Hay una energía extraña en marcha en tu planeta en este momento. Una aceleración galáctica, la llamaremos, donde es más probable que obtengas la respuesta que buscas. Es más probable porque es el final de una temporada espiritual. Todo en lo no-físico—todos nuestros instructores, guías y maestros— trabajan contigo para darte cada gramo de nuestra guía, ayuda y dirección para que aprendas a mirar hacia adentro. Una vez que miras dentro con ayuda, descubres dónde te tropezaste. Solo tú causas tu sufrimiento y tu encarcelamiento, queridos. Son tus creencias sobre la realidad. Es tu falta de amor por ti mismo. Son tus juicios. Son tus miedos. Todo esto son tus propias creaciones erróneas.
Esto parece un gran trabajo, volverse hacia adentro y profundizar en el interior de la mente. Un Curso de Milagros está diseñado para ayudarte en este viaje. No entras solo en el sótano de tu conciencia. Voy contigo. La conciencia de Cristo te guía. Con esa guía serás conducido suavemente a través de esos círculos de miedo, hacia la luz que yace en todos ustedes.
Yo soy aquel a quien conoces como Jesús. Sigue con tus lecciones. Sé diligente y relájate. Te veremos mañana.

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