1. Padre, hoy vengo a Ti en busca de la paz que sólo Tú puedes dar. 2 Vengo en silencio. 3 Y en la quietud de mi
corazón—en lo más recóndito de mi mente—espero y estoy a la escucha de Tu Voz. 4 Padre mío, háblame hoy.
5 Vengo con certeza y con amor a oír Tu Voz en silencio, seguro de que oirás mi llamada y que me
responderás.
2. Y ahora aguardamos silenciosamente. 2 Dios está aquí porque esperamos juntos. 3 Estoy seguro de que te
hablará y de que tú Le oirás. 4 Acepta mi confianza, pues es la tuya. 5 Nuestras mentes están unidas.
6 Esperamos con un solo propósito: oír la respuesta de nuestro Padre a nuestra llamada, dejar que nuestros
pensamientos se aquieten y encontrar Su Paz, para oírle hablar de lo que nosotros somos y para que se revele a
Su Hijo.
COMENTARIO DE JESÚS CANALIZADO POR TINA SPALDING
Vosotros sois de hecho seres bendecidos. Yo soy aquel que conoces como Jesús. Esta es una meditación bastante intimidante, porque en tu sociedad se te enseña que escuchar voces significa que estás loco y si le dices a la gente que están escuchando voces, serás juzgado como loco y potencialmente institucionalizado.
Este es un gran temor en tu sociedad, y esta práctica de entregarse a la paz mental y permitir la posibilidad de que la información llegue a ti puede ser un reto para la mente occidental impulsada por el ego, debido a todos los peligros que has enfrentado en tu sociedad por escuchar voces. Muchos de ustedes tendrán problemas al hacer esto, ya sea una sensación de miedo o una sensación de incredulidad, y ambas cosas impedirán la comunicación. Así que entren en esta lección con tanto entusiasmo y entrega como sea posible. Y si surge alguna frustración, resistencia o miedo, toma nota de ello y, tras el periodo de práctica, escarba bajo ese miedo para ver si puedes identificar de dónde procede. Encuentra la creencia que está generando ese miedo.
Todos tus pensamientos y sentimientos proceden de tus creencias, de lo que consideras cierto sobre la realidad. Cuando suscitan una respuesta emocional en ti, tú las crees, aunque se hayan originado en otra persona, en una iglesia o en una enseñanza cultural. Residen en tu mente porque tú lo has permitido, y cuando desencadenan una emoción, es una demostración de tu creencia en ellas. Escucha la voz de Dios en el silencio, y sé consciente de que puede haber algunas pequeñas negatividades al acecho de esa práctica.
Yo soy aquel que conoces como Jesús, y te hablaremos mañana.