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UCDM Lección 352: Los juicios son lo opuesto al amor. De los juicios procede todo el dolor del mundo, y del amor, la Paz de Dios

1. El perdón ve sólo la impecabilidad y no juzga. 2 Ésta es la manera de llegar a Ti. 3 Los juicios me vendan los
ojos y me ciegan. 4 El amor, que aquí se refleja en forma de perdón, me recuerda, por otra parte, que me has
proporcionado un camino para volver a encontrar Tu Paz. 5 Soy redimido cuando elijo seguir ese camino.
6 No me has dejado desamparado. 7 Dentro de mí yace Tu recuerdo, así como Uno que me lleva hasta él.
8 Padre, hoy quiero oír Tu Voz y encontrar Tu Paz. 9 Pues quiero amar mi propia Identidad y hallar en Ella el
recuerdo de Ti.

COMENTARIO DE JESÚS CANALIZADO POR TINA SPALDING
Vosotros sois de hecho seres bendecidos. Yo soy aquel que conoces como Jesús. Sientes la repetición de estas lecciones, ¿no es así? Sientes que te estamos diciendo lo más importante que debes hacer aquí, y es el perdón.
Perdona, sabiendo que nunca se cometió pecado. Perdona, sabiendo que la separación que todos ustedes están experimentando y que parece tan real, no es real. Nunca has dejado al Padre. El Padre no te ha abandonado. Tú decidiste descender a la separación con miedo, como un experimento, para ver cómo es estar solo. No te divierte estar solo, sentirte separado; y el terror que subyace la decisión original que tomaste, te aleja de Dios, te aleja de poder regresar a tu Hogar.
Existe esta idea del Padre castigador acechando en muchas de vuestras mentes, y que te mantiene alejado del perdón. Tienes esta sombra en tu mente que dice: «He hecho algo terriblemente malo». Ni siquiera tienes un conocimiento consciente de ello, pero hay un sentimiento subyacente de culpa en tu mente: «No soy lo suficientemente bueno. He hecho algo malo. Seré castigado». Las iglesias de antaño jugaron con esta culpa inconsciente en forma de infierno, y han plantado una semilla en tu mente sobre el infierno y el día del juicio. Te la crees en un grado u otro, pero esto no es verdad. No serás juzgado. Simplemente recogerás las cosechas de las semillas que has sembrado.
Si estás sembrando las semillas de una mayor separación, sufrirás más. Si dejas de sembrar semillas de separación y practicas el perdón lo mejor que puedas cada día, sabiendo que lo vas a hacer de forma imperfecta y que el ego tratará de aferrarse a esos juicios, dejarás de sembrar las semillas de la separación y el miedo. A medida que avanzas cada día perdonando lo mejor que puedas, apartando ese resentimiento lo mejor que puedas, aumentas el número de semillas de amor que siembras y que cosecharás en el futuro.
No veas este proceso como algo grande, difícil. Míralo como todas las pequeñas cosas que haces cada día y que son más amorosas para ti y para los demás— perdonar más y juzgar menos. Sólo continúa haciendo tu trabajo básico, sabiendo que cada decisión es un pequeño milagro y que siembra una semilla de amor en lugar de miedo. A medida que sigas sembrando esas semillas de amor en vez de miedo, el miedo en tu mente se disipará. La paz aumentará. La conexión con la información que proveniente de Todo Lo que Es aumentará, y te sentirás cada vez menos solo y cada día más guiado. No estás solo, querido. Simplemente crees que lo estás.
Yo soy aquel que conoces como Jesús, y te hablaremos mañana.

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