1. Sólo necesito contemplar todo aquello que parece herirme y con absoluta certeza decirme a mí mismo: “La
Voluntad de Dios es que yo me salve de esto” para que de inmediato lo vea desaparecer. 2 Sólo necesito tener
presente que la Voluntad de mi Padre para mí es sólo felicidad para darme cuenta de que lo único que se me ha
dado es felicidad. 3 Y sólo necesito recordar que el Amor de Dios rodea a Su Hijo y mantiene su inocencia
eternamente perfecta para estar seguro de que me he salvado y de que me encuentro para siempre a salvo en
Sus Brazos. 4 Soy el Hijo que Él ama. 5 Y me he salvado porque Dios, en Su Misericordia, así lo dispuso.
2. Padre, Tu Santidad es mía. 2 Tu Amor me creó e hizo que mi inocencia fuese por siempre parte de Ti. 3 No hay
culpa o pecado en mí, puesto que no los hay en Ti.
COMENTARIO DE JESÚS CANALIZADO POR TINA SPALDING
Vosotros sois de hecho seres bendecidos. Yo soy aquel que conoces como Jesús. La culpa y el pecado no son verdaderos en el mundo de Dios. Son verdaderos en el mundo del ego, y la culpa es una de las formas en que la separación se mantiene. Por eso, hoy, es importante que analices tu relación con la culpa.
¿A quién acusas de ser culpable? ¿De qué te acusas de ser culpable? Cuando acusas a alguien o a ti mismo de ser culpable, estás diciendo (tácitamente, no necesariamente explícitamente), “Algo sucedió que no debería haber sucedido” Ahora bien, si piensas en esto de manera lógica, eso significa que estás discutiendo con la realidad, y estás discutiendo con Dios que te da libre albedrio. Cuando te culpas o culpas a alguien más, ¡estás atacando a Dios!
Esto no es algo en lo que piensas cuando juzgas y culpas a otra persona o a ti mismo. Crees que sabes lo que es correcto y piensas que no debería haber sucedido, pero no sabes lo suficiente para saberlo. Estás siendo arrogante y estás jugando a ser Dios cuando te haces culpable a ti mismo o a otra persona. Piensa en eso: “Si Dios te ha dado todo el libre albedrio para hacer y crear, y experimentar lo que sea que quieras experimentar aquí, entonces todo es una experiencia valida, incluso aquellas cosas que la cultura, la familia o una enseñanza puedan decirte que no son buenas. Ya han sucedido, y por eso Dios permitió que sucedieran. No fue el diablo quien permitió que eso sucediera; Dios permitió que eso sucediera, ya sea la muerte de un niño, ya sea una lesión, ya sea por un golpe político, no importa. Sucedió y, por lo tanto, estaba destinado a ser, y discutir con eso simplemente te agota.
Dios ha permitido que suceda. Dios siguió adelante, nuevas creaciones están sucediendo hoy. Te sugerimos que sigas adelante también. Trabaja en las creaciones que deseas que sucedan hoy para que ya no desperdicies tu energía.
Así es como la mente se fractura. Hay miles y miles de juicios y pecados que se consideran cosas que nunca deberían haber sucedido. Hubiese sido mejor si “esto” hubiera sucedido o tú hubieras hecho “aquello”, pero eso no es lo que sucedió, entonces tú estás discutiendo con la realidad y literalmente malgastando el tiempo, malgastando tu energía.
Ven a lo eterno ahora. Concéntrate en lo que te gustaría o amarías experimentar, y mantén tu mente ahí, olvidando el pasado, dejándolo ir verdadera y absolutamente porque cuando reflexionas o lamentas el pasado, estás malgastando tu tiempo. Dios está en las nuevas creaciones, nuevas ideas y nuevas cosas que no tienen nada que ver con el pasado. Así que no hagas eso. Por eso estas cosas te causan sufrimiento, tú estás hecho a imagen de Dios y eres infinitamente creativo. Estas diseñado para vivir en el ahora eterno, ese instante santo donde todo está hecho y creado.
Asegúrate de no perder el tiempo viviendo en el pasado. Cuando contaminas el momento presente (esto te lo hemos dicho muchas veces antes) con el pasado, garantizas que el futuro se verá como el pasado, y muchos de ustedes que están rumiando sobre cosas negativas del pasado no quieren eso, pero nunca les han enseñado que recordar cosas negativas es lo que hace. Contaminan el eterno ahora donde cualquier cosa puede suceder, y estás garantizando que el futuro se verá igual que el pasado.
Sé radical en tu perdón. Debes estar absolutamente dispuesto a hacerlo porque sabes que te beneficiará liberando esa energía y liberando esa parte de tu mente para crear algo nuevo.
Yo soy aquel que conoces como Jesús, y te volveré a hablar mañana.