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UCDM Lección 218: Repaso VI: Parte 18 No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó

1. (198) Sólo mi propia condenación me hace daño.
2 Mi condenación nubla mi visión, y a través de mis ojos ciegos no puedo ver la visión de mi gloria. 3 Mas
hoy puedo contemplar esta gloria y regocijarme.
4 No soy un cuerpo. 5 Soy libre.
6 Pues aún soy tal como Dios me creó.

COMENTARIO DE JESÚS CANALIZADO POR TINA SPALDING
Vosotros sois de hecho seres bendecidos. Yo soy aquel que conoces como Jesús. Es muy importante que recuerdes que cuando condenas a otro, eres solo tú quien sufres. Cuando condenas a otro, eres solo tú quien siente dolor. Cuando condenas a otro, sólo tú pierdes.
Existe la idea en el sistema de pensamiento del ego de que atacar te aporta algo, y ésta es una enseñanza fundamental del sistema de pensamiento del ego: que si quieres algo, atacar es la forma de conseguirlo. Pero no consigues nada atacando. Sólo fomentas más la separación, lo que aumenta aún más tu sufrimiento. Así que el perdón no es realmente un acto para nadie más, lo que es una de las grandes percepciones erróneas sobre el perdón. Es para ti.
Cuando perdonas a otro, dejas de sufrir. Cuando perdonas a otro, ya no te infliges separación a ti mismo. Cuando perdonas a otro, tu mente se reintegra y se completa, y tienes acceso a esa mente reintegrada. Tienes acceso a esa paz mental. Tienes acceso a la libertad de pensamientos implacables sobre alguien con quien tienes un resentimiento. Recuperas el beneficio de tu mente y tu frecuencia sube, y eso significa que vas a tener mejores experiencias, mejores encuentros, lo que te da acceso a cosas de mayor frecuencia.
Sean cuales sean tus resentimientos, ya sean grandes o pequeños, son tus juicios. Ellos son tu mente mostrándose a ti mismo, y tú sufres. No lo hagas más. Deja de opinar y discutir constantemente, sobre todo en las redes sociales. Estás siendo manipulado por los sistemas de medios de comunicación, que diseñan constantes oportunidades para que el ego se encienda, discuta, juzgue y luche; y en esa mezcla, tú pierdes. Esta es una de las razones por las que te decimos que apagues tus televisores y que filtres tus medios sociales: para que no estés en situaciones provocativas. No es para que te conviertas en un débil simpático, oh no, sino para que recuperes tu energía de estos derroches inútiles.
El despilfarro de energía que se está demostrando a través de tus sistemas de medios de comunicación de masas y sociales es ridículo. Están jugando contigo, y tu energía está siendo desviada de ti para que no tengan acceso a ella.
Apágalo. Deja de participar en discusiones y juicios; en su lugar, concéntrate en desarrollar tu consciencia, tus pasiones y tu conexión con lo Divino. Serás más influyente, estarás más tranquilo y serás más feliz. No serás un felpudo simpático; serás verdaderamente poderoso.
Yo soy aquel que conoces como Jesús, y te hablaremos mañana

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