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UCDM Lección 331: El conflicto no existe, pues mi voluntad es la Tuya

1. Padre, ¡qué absurdo creer que Tu Hijo podía causarse sufrimiento a sí mismo! 2 ¿Cómo iba él a poder planear
su condenación sin que se le hubiera provisto de una manera segura de liberarse?
3 Me amas, Padre, 4 y
nunca habrías podido dejarme en la desolación para morir en un mundo de dolor y crueldad. 5 ¿Cómo pude
alguna vez pensar que el Amor se había abandonado a Sí Mismo?
6 No hay otra voluntad que la Voluntad del
Amor. 7 El miedo es un sueño y no tiene una voluntad que pueda estar en conflicto con la Tuya. 8 Estar en
conflicto es estar dormido; estar en paz es haber despertado. 9 La muerte es una ilusión; la vida, la eterna
verdad. 10 Nada se opone a Tu Voluntad. 11 El conflicto no existe, pues mi voluntad es la Tuya.
2. El perdón nos muestra que la Voluntad de Dios es una sola y que la compartimos. 2 Contemplemos los santos
panoramas que hoy nos muestra el perdón, de modo que podamos encontrar la Paz de Dios. 3 Amén.

COMENTARIO DE JESÚS CANALIZADO POR TINA SPALDING
Vosotros sois de hecho seres bendecidos. Yo soy aquel que conoces como Jesús. El conflicto eres tú discutiendo con Dios.
Esto es en esencia lo que es el conflicto. Son tus juicios sobre el mundo diciendo: «Esto que estoy viendo, observando o lo que me han dicho no debería ser». Sin embargo, Dios lo ha permitido. Está sucediendo; es lo que hay. Aceptarlo es una parte muy, muy importante para llevar tu mente a la paz.
El ego no quiere perdonar nada. No quiere dejar de juzgar, porque el juicio mantiene vivo el mundo de la separación. Incluso, cuando ves algo que crees que es malo, cruel o terrible, tu participación con tus juicios lo mantiene vivo. Cuando ves un desastre o algo negativo, perdonar significaría que digas: «Ya no quiero ver esto. Lo perdono, porque sé que mi juicio lo mantiene vivo».
Esto es algo que es muy importante que entiendas hoy: que no estás perdonando lo que es desagradable. Al perdonarlo aseguras su desaparición, porque ya no lo juzgas y, por tanto, no mantienes vivo el mundo de la separación. El mundo de la separación no es más que sufrimiento y muerte. Perdona todo lo que veas y recuerda que en esa práctica del perdón, tú te elevas por encima del campo de batalla y acabas con la separación.
Yo soy aquel que conoces como Jesús, y te hablaremos mañana.

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