1. Tal vez aún no te hayas percatado de que el ego ha urdido un plan para la salvación que se opone al de Dios.
2 Ése es el plan en el que crees. 3 Dado que es lo opuesto al de Dios, crees también que aceptar el plan de Dios
en lugar del ego es condenarte. 4 Esto, desde luego, parece absurdo. 5 Sin embargo, una vez que hayamos
examinado en qué consiste el plan del ego, quizá te des cuenta de que, por muy absurdo que parezca,
ciertamente crees en él.
2. El plan del ego para la salvación se basa en abrigar resentimientos. 2 Mantiene que, si tal persona actuara o
hablara de otra manera, o si tal o cual acontecimiento o circunstancia externa cambiase, tú te salvarías. 3 De
este modo, la fuente de la salvación se percibe constantemente como algo externo a ti. 4 Cada resentimiento
que abrigas es una declaración y una aseveración en la que crees, que reza así: “Si esto fuese diferente, yo me
salvaría”. 5 El cambio de mentalidad necesario para la salvación, por lo tanto, se lo exiges a todo el mundo y a
todas las cosas excepto a ti mismo.
3. El papel de tu mente en este plan consiste, pues, en determinar qué es lo que tiene que cambiar—a excepción de
ella misma—para que tú te puedas salvar. 2 De acuerdo con este plan demente, cualquier cosa que se perciba
como una fuente de salvación es aceptable siempre y cuando no sea eficaz. 3 Esto garantiza que la infructuosa
búsqueda continúe, pues se mantiene viva la ilusión de que, si bien esta posibilidad siempre ha fallado, aún hay
motivo para pensar que podemos hallar lo que buscamos en otra parte y en otras cosas. 4 Puede que otra
persona nos resulte mejor; otra situación tal vez nos brinde el éxito.
4. Tal es el plan del ego para tu salvación. 2 Seguramente habrás notado que está completamente de acuerdo con la
doctrina básica del ego que reza: “Busca, pero no halles”. 3 Pues ¿qué mejor garantía puede haber de que no
hallarás la salvación que canalizar todos tus esfuerzos en buscarla donde no está?
5. El plan de Dios para la salvación es eficaz sencillamente porque bajo Su dirección buscas la salvación allí donde
se encuentra. 2 Pero si has de tener éxito, como Dios promete que lo has de tener, tienes que estar dispuesto a
buscarla sólo allí. 3 De lo contrario, tu propósito estará dividido e intentarás seguir dos planes de salvación que
son diametralmente opuestos en todo. 4 El resultado no podrá ser otro que confusión, infelicidad, así como una
profunda sensación de fracaso y desesperación.
6. ¿Cómo puedes librarte de todo esto?
2 Muy fácilmente. 3 La idea de hoy es la respuesta. 4 Sólo el plan de Dios
para la salvación tendrá éxito. 5 En esto no puede haber realmente ningún conflicto porque no existe ninguna
alternativa al plan de Dios que te pueda salvar. 6 El Suyo es el único plan cuyo desenlace es indudable. 7 El
Suyo es el único plan que tendrá éxito.
7. Que nuestra práctica de hoy consista en reconocer esta certeza. 2 Y alegrémonos de que haya una respuesta para
lo que parece ser un conflicto sin solución. 3 Para Dios todo es posible. 4 Alcanzarás la salvación por razón de
Su plan, el cual no puede fallar.
8. Comienza hoy tus dos sesiones de práctica más largas pensando en la idea de hoy y observando que consta de
dos partes, las cuales contribuyen en igual medida al todo. 2 El plan de Dios para tu salvación tendrá éxito, pero
otros planes no. 3 No permitas que la segunda parte te cause depresión o enfado, pues esa parte es inherente a la
primera. 4 Y la primera te releva totalmente de todos tus intentos descabellados y de todos tus planes
disparatados para liberarte a ti mismo. 5 Todos ellos te han llevado a la depresión y a la ira, pero el plan de
Dios triunfará. 6 Su plan te conducirá a la liberación y a la dicha.
9. Teniendo esto presente, dediquemos el resto de las sesiones de práctica más largas a pedirle a Dios que nos
revele Su plan. 2 Preguntémosle muy concretamente:
3 ¿Qué quieres que haga?
4 ¿Adónde quieres que vaya?
5 ¿Qué quieres que diga y a quién?6 Deja que Él se haga cargo del resto de la sesión de práctica y que te indique qué es lo que tienes que hacer en
Su plan para tu salvación. 7 Él responderá en la misma medida en que tú estés dispuesto a oír Su Voz. 8 No te
niegues a oírla. 9 El solo hecho de que estés llevando a cabo los ejercicios demuestra que en cierto modo estás
dispuesto a escuchar. 10 Esto es suficiente para que seas acreedor a Su respuesta.
10. Durante las sesiones de práctica cortas repite con frecuencia que el plan de Dios para tu salvación y solamente
el Suyo, tendrá éxito. 2 Mantente alerta hoy para no caer en la tentación de abrigar resentimientos, y responde a
esas tentaciones con esta variación de la idea de hoy:
3 Abrigar resentimientos es lo opuesto al plan de Dios para la salvación. 4 Y únicamente Su
plan tendrá éxito.
5 Trata de recordar la idea de hoy unas seis o siete veces por hora. 6 No puede haber mejor manera de pasar
medio minuto, o hasta menos, que recordando la Fuente de tu salvación y viéndola allí donde se encuentra.
COMENTARIO DE JESÚS CANALIZADO POR TINA SPALDING
Vosotros sois de hecho seres bendecidos. Yo soy aquel que conoces como Jesús. Qué maravillosas palabras son estas para darte cuenta de que estar muy ocupado sin progresar en el planeta año tras año, década tras década, ya no te atrae más. Ya no te tienta.
La tentación, a menudo en la definición de tu sociedad, se ve como malvado, sucio y terrible de alguna forma. Pero lo que queremos que entiendas es que tienes; en tu separación de Todo Lo que Es, en tu separación del Amor; colocado tus propias tentaciones en el mundo. Por eso, queridos míos, te atraen. No los coloca el diablo. El diablo es una fantasía fisiológica, una figura mitológica inventada para separarte del conocimiento de que diseñaste tus propias tentaciones.
Tu diseñas tus propias tentaciones, y por eso parecen irresistibles, Queremos profundizar un poco en esta idea del deseo y la tentación en esta lección. Es muy importante que comprendas los resultados de seguir tus deseos, tus pasiones y tus intereses (todas estas cosas no son iguales). Hay pasiones profundamente arraigadas en tu mente sobre las que quieres profundizar en tu conocimiento. Podría ser música, arte, cocina— podría ser cualquier cosa— pero ya sabes lo que es. Es eso que siempre te encanta hacer y que siempre te interesa. Incluso si no lo estás haciendo como un trabajo, piensas; “Ah, me encantaría poder trabajar en eso a tiempo completo”.
Luego hay otra cosa que es una parte más superficial de la conciencia de tu ego, la parte de tu mente que está separado de la guía y en oposición al plan de Dios. Ese puede ser tu amor por el pastel de chocolate, tu amor al sexo promiscuo o las drogas. Estas cosas no son iguales. A menudo tú escuchas eso. “Bueno, no puedes seguir tus deseos, de lo contrario estarías en todos lados”. Hay una diferencia entre un interés profundamente arraigado y una pasión por un tema y esa actividad superficial del ego que busca el placer. Queremos que distingas entre estas dos cosas porque si crees que hacer lo que te sientes atraído a hacer es malo, entonces no vivirás una vida feliz. No podrás perseguir el propósito que viniste a cumplir. Lo verás como una tentación del diablo, como algo maligno de alguna manera.
Entonces, cuando tengas la sensación de hacer algo, detente un momento y pregunta. “¿Esto está contribuyendo a la salud general de mi vida? ¿Es esto algo que siempre ha estado conmigo y siempre me ha traído una sonrisa a la cara? ¿O es una distracción? ¿Es esto una curita temporal sobre un sentimiento negativo que tengo de ir a tomar una cerveza o comprar un par de botas que sólo me hará sentir mejor temporalmente?” Estas son las cosas que queremos que mires. Estas son las cosas de las que queremos que te tomes un descanso, o incluso que pospongas. Si quieres ir de compras, y lo tuyo es ir de compras para sentirte mejor, háblate a ti mimo que puedes ir de compras mañana. Hoy vas a ver por qué quieres ir. ¿Qué hay en ti que causa la agitación? ¿Qué hay en ti que causa ese sentimiento? “Tengo que calmarme” Es muy importante que comprendas que calmarse constantemente no beneficia tu evolución espiritual y de consciencia. Debes estar dispuesto a sentarte de vez en cuando con tu malestar y hacer la pregunta: “¿Con qué estoy tratando de tentarme aquí? ¿Qué estoy tratando de esconder de mi mismo?”
Entonces tus tentaciones son tuyas. Son tus ídolos y caerán. Estamos felices de decirte que tus ídolos caerán y que tú te alinearas con la verdad.
Yo soy aquel que conoces como Jesús y te hablaremos mañana.