1. Es muy posible escuchar la Voz de Dios durante todo el día sin que ello interrumpa para nada tus actividades
normales. 2 La parte de tu mente donde reside la verdad está en constante comunicación con Dios, tanto si eres
consciente de ello como si no. 3 Es la otra parte de tu mente la que opera en el mundo y la que obedece sus
leyes. 4 Ésa es la parte que está constantemente distraída, y que es desorganizada y sumamente insegura.
2. La parte que está escuchando a la Voz de Dios es serena, está en continuo reposo y llena de absoluta seguridad.
2 Es la única parte que realmente existe. 3 La otra es una loca ilusión, frenética y perturbada, aunque
desprovista de toda realidad. 4 Trata hoy de no prestarle oídos. 5 Trata de identificarte con la parte de tu mente
donde la quietud y la paz reinan para siempre. 6 Trata de oír la Voz de Dios llamándote amorosamente,
recordándote que el Creador no se ha olvidado de Su Hijo.
3. Hoy necesitaremos por lo menos cuatro sesiones de práctica de cinco minutos cada una e incluso más si es
posible. 2 Trataremos en verdad de oír la Voz de Dios recordándote a Dios y a tu Ser. 3 Abordaremos el más
santo y gozoso de todos los pensamientos llenos de confianza, sabiendo que al hacer esto estamos uniendo
nuestra voluntad a la Voluntad de Dios. 4 Él quiere que oigas Su Voz. 5 Te la dio para que la oyeras.
4. Escucha en profundo silencio. 2 Permanece muy quedo y abre tu mente. 3 Ve más allá de todos los chillidos
estridentes e imaginaciones enfermizas que encubren tus verdaderos pensamientos y empañan tu eterno
vínculo con Dios. 4 Sumérgete profundamente en la paz que te espera más allá de los frenéticos y tumultuosos
pensamientos, sonidos e imágenes de este mundo demente. 5 No vives aquí. 6 Estamos tratando de llegar a tu
verdadero hogar. 7 Estamos tratando de llegar al lugar donde eres verdaderamente bienvenido. 8 Estamos
tratando de llegar a Dios.
5. No te olvides de repetir la idea de hoy frecuentemente. 2 Hazlo con los ojos abiertos cuando sea necesario, pero
ciérralos siempre que sea posible. 3 Y asegúrate de sentarte quedamente y de repetir la idea cada vez que
puedas, cerrando los ojos al mundo y comprendiendo que estás invitando a la Voz de Dios a que te hable.
COMENTARIO DE JESÚS CANALIZADO POR TINA SPALDING
Vosotros sois de hecho seres bendecidos. Yo soy aquel a quien conoces como Jesús. Es importante que comprendas que la voz del ego te habla durante todo el día, así como la voz de Dios, también.
Cuando eliges no escuchar la voz del ego e ir por debajo de sus estridentes gritos de ataque, vergüenza y miedo, puedes alcanzar otro nivel de conciencia. Siempre está ahí, queridos. Siempre está ahí. Estás tan ocupado reaccionando a la voz en tu cabeza que dice, “Compra esto. Comete eso. Bébete eso. Ella es mala. Él es malo, Tú eres malo”, que nunca escuchas la guía de la que hablamos a menudo cuando canalizamos a través de este ser.
Este ser tranquilizó su mente a través de su práctica del perdón. A través de la práctica del perdón, calmó su mente lo suficiente de la voz estridente del ego para que pudiéramos ser escuchados. Esto lleva tiempo. En tu mundo, las cosas pareces tomar tiempo, y para eso se te da tiempo. No se te da tiempo para hacerte rico, ni se te da tiempo para envejecer o enfermarte. Se te da tiempo para aprender a escuchar la voz de Dios, para escuchar la guía desde lo más profundo de ti debajo de la voz loca y viciosa del ego.
Para debilitar el ego, debes dejar de escuchar y reaccionar ante él. Debes dejar de creer esos pensamientos e impulsos para hacer ciertas cosas. Debes aquietar tu mente y alinearla con pensamientos, ideas y creencias menos combativas. Debes ir debajo de la superficie de la tormenta. Al igual que en tus océanos, ves esa calma profunda y tranquila debajo de las olas que fluyen y refluyen constantemente. En el fondo, bajo las mareas que van y vienen, hay calma. Lo mismo es cierto para vuestras mentes.
Recuerda, el mundo en el que vives refleja la conciencia. Puedes usar el océano como analogía así como los cielos. ¿Qué queda siempre por encima de las nubes y las tormentas? El sol siempre brilla con una emanación constante y amorosa de energía que da vida. Eso simboliza lo que, en tu mundo, llamas Dios.
Es un símbolo físico para recordarte la verdad de que la voz de Dios—ese amor, esa esencia vivificante—está siempre disponible para ti. Aunque puede estar escondido debajo de las nubes de tormentas, que sepas que siempre están allí.
Yo soy aquel a quien conoces como Jesús. Volveremos a hablar contigo mañana.