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UCDM Lección 285: Hoy mi santidad brilla clara y radiante

1. Hoy me despierto lleno de júbilo, sabiendo que sólo han de acontecerme cosas buenas procedentes de Dios.
2 Eso es todo lo que pido, y sé que mi ruego recibirá respuesta debido a los pensamientos a los que va dirigido.
3 Y en el instante en que acepte mi santidad, lo único que pediré serán cosas dichosas. 4 Pues ¿qué utilidad
tendría el dolor para mí; para qué iba a querer el sufrimiento, y de qué me servirían el pesar y la pérdida si la
demencia se alejara hoy de mí y en su lugar aceptara mi santidad?
2. Padre, mi santidad es la Tuya. 2 Que me regocije en ella y que mediante el perdón recobre la cordura. 3 Tu Hijo
sigue siendo tal como Tú lo creaste. 4 Mi santidad forma parte de mí y también de Ti. 5 Pues ¿qué podría
alterar a la Santidad Misma?

COMENTARIO DE JESÚS CANALIZADO POR TINA SPALDING
Vosotros sois de hecho seres bendecidos. Yo soy aquel que conoces como Jesús. Esta idea de tu santidad que representa tu conexión con lo Divino te traerá paz durante todo el día.
Siempre que te enredes en las tentaciones del mundo— dinero, comida, sexo, muerte o enfermedad— recuerda tu santidad y tu naturaleza espiritual eterna. Tu sufrimiento y depresión son indicadores de que estás fuera de pista y de que te estás identificando con esas frecuencias materialistas más bajas del cuerpo: enfermedad, dinero o sexo.
Comprende que cuando decimos “sexo”, nos referimos al uso del cuerpo para la gratificación física. No estamos hablando del ideal de mente superior, que es mentes conectadas y cuerpos siguiéndoles después de que el corazón y la mente se han unificado. Esa es una de las formas más sagradas de ese acto en particular. Del mismo modo que puedes tener comida malsana y comida sana, entretenimiento malsano y entretenimiento de alta frecuencia, palabras dolorosas y odiosas y palabras amorosas y amables. Cada aspecto de tu día tiene potencialmente un aspecto de menor frecuencia y potencialmente un aspecto de mayor frecuencia.
Tu santidad, tu creencia en la santidad, y tu aceptación de que eres un santo Hijo de Dios te animará a que elijas la versión de frecuencia más alta y te alejes de la versión de baja frecuencia. Tú dirás: “Esto no es lo suficientemente bueno para mí. Merezco algo mejor porque soy un santo hijo de Dios”. En ese conocimiento no te sentirás privado, no te sentirás solo, no te sentirás agobiado; sabrás que estás eligiendo las frecuencias más altas. Sin embargo puede que tengas que ser un poco más paciente para obtener esas experiencias de alta frecuencia que estás buscando.
Recuerda, hay mucho impulso acumulado en tu vida cuando te has dedicado a actividades de baja frecuencia, y a tu comportamiento y a las consecuencias de tu comportamiento le toma un poco de tiempo ponerse al día con la mente transformada, pero comprende que lo hará. Comprende que tu mente transformada realmente transformará tu vida, tu cuerpo y todo lo que experimentas aquí.
Yo soy aquel que conoces como Jesús, y te volveremos a hablar mañana.

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