1. Padre, hoy te entrego todos mis pensamientos. 2 No quiero quedarme con ninguno. 3 En su lugar, dame los
Tuyos. 4 Te entrego asimismo todos mis actos, de manera que pueda hacer Tu Voluntad en lugar de ir en pos
de metas inalcanzables y perder el tiempo en vanas imaginaciones. 5 Hoy vengo a Ti. 6 Me haré a un lado y
simplemente Te seguiré. 7 Sé Tú el Guía y yo el seguidor que no duda de la sabiduría de lo Infinito ni del Amor
cuya ternura no puedo comprender, pero que es, sin embargo, el perfecto regalo que me haces.
2. Hoy nos dirige un solo Guía. 2 Y mientras caminamos juntos, Le entregamos este día sin reserva alguna. 3 Éste
es Su día. 4 Y por eso es un día de incontables dones y de infinitas mercedes para nosotros.
COMENTARIO DE JESÚS CANALIZADO POR TINA SPALDING
Vosotros sois de hecho seres bendecidos. Yo soy aquel que conoces como Jesús. Nos gustaría que hicieras un experimento hoy; deja de dar tu opinión a la gente y para de juzgar (eso también es dar tu opinión sobre tu vida)
Toma el día entero y camina en absoluta aceptación de todo— todo lo que hay que hacer porque has asumido algunas tareas, todo lo que se te ocurre como una idea inspirada. Acepta el día de hoy como un día perfecto sin quejas, juicios o resistencia.
Si recibes una llamada telefónica de un insoportable familiar y dice: “Nos gustaría que vinieras a cenar”, te desafiamos a que digas: “Está bien”. Eso significa que no te estás resistiendo a lo que se te presenta. Quizás las quejas y los juicios que tienes sobre ese familiar sean más un reflejo de ti que de ellos, y quizás si vas a esa invitación, en tu estado de aceptación radical, verás que el problema está en tu mente. Puede ser que tú seas el crítico, el impaciente, el intolerante en lugar de ellos. Recuerda, el ego proyecta, el ego acusa a todos los demás de lo que tú estás haciendo. Así es como te ocultas las mayores fallas y distorsiones de tu mente, culpando a otras personas.
Durante un día de aceptación radical, dices: “Hoy voy a dejar de proyectar, culpar y juzgar. Dejo de culpar a los demás y soy dueño de mis pensamientos. Las miro y las mantengo en mi mente para que, realmente, pueda ver lo que está pasando”. Esto es algo que muy pocos de ustedes hacen. Rara vez pasas el día diciendo: “Todo es exactamente como debería ser, así que me voy a relajar. Voy a participar plenamente en cada experiencia que tengo hoy porque está aquí, está sucediendo”. En esa aceptación radical, observación, amor, falta de juicio y perdón, tendrás la oportunidad de ver algunas de las lecciones de tu vida que quizás ahora te estás perdiendo porque te resistes a la lección que se te presenta.
Esto es lo que hace el ser iluminado. El ser iluminado atraviesa cada día, aceptando todo y a todos como son, sobretodo siendo dueños de sus propios sentimientos, y viendo que toda la experiencia de su día tiene lugar dentro, y está determinada, por su propia consciencia— los valores, los cristales y las distorsiones a través de las cuales ven el mundo.
En este día de aceptación radical, queremos que seas testigo de a dónde vas para juzgar algo, y dejes de juzgar. Entonces digas: “Aha. Hay algo. Hay algo que quiero juzgar. ¿Qué pasa con esa cosa que me está molestando? Ese “molestarme” está dentro de mi mente, no está ahí fuera. No está en esa cosa, está en mí. Quiero ver donde reside mi falta de aceptación”. Esto es lo que te da un día de aceptación total. Te muestra donde residen tus enfados. Te muestra donde residen tus resistencias y donde tus miedos tienen control de tu proceso de toma de decisiones.
Yo soy aquel que conoces como Jesús, y te volveremos a hablar mañana.