1. Padre, hoy es el día en que me libero porque mi voluntad es la Tuya. 2 Pensé hacer otra voluntad. 3 Sin
embargo, nada de lo que pensé aparte de Ti existe. 4 Y soy libre porque estaba equivocado y las ilusiones que
abrigaba no afectaron en modo alguno mi realidad. 5 Ahora renuncio a ellas y las pongo a los pies de la
verdad a fin de que sean borradas de mi mente para siempre. 6 Éste es el instante santo de mi liberación.
7 Padre, sé que mi voluntad es una con la Tuya.
2. Y de esta manera, nos encontramos felizmente de vuelta en el Cielo, del cual realmente nunca nos ausentamos.
2 En este día el Hijo de Dios abandona sus sueños. 3 En este día el Hijo de Dios regresa de nuevo a casa,
liberado del pecado y revestido de santidad, habiéndosele restituido finalmente su mente recta.
COMENTARIO DE JESÚS CANALIZADO POR TINA SPALDING
Vosotros sois de hecho seres bendecidos. Yo soy aquel que conoces como Jesús. Cuando empiezas a comprender cómo causas tu propio sufrimiento al perseguir tus ídolos, éstos se vuelven mucho menos atractivos para ti.
Cuando te das cuenta de que tus juicios sobre los comportamientos o situaciones de los demás te causan sufrimiento y te alejas de ese juicio, vuelves a tener paz. Te devuelven la paz mental. Llegas a ver que son sólo tus insensatos deseos los que te causan sufrimiento.
Estás trabajando para rendirte a una guía mayor; hacia eso te llevan estas lecciones. Esto no es fácil de hacer. El ego no quiere renunciar a su poder. No quiere renunciar a su juicio. Se alimenta del juicio. Se alimenta de la guerra. Se alimenta del conflicto. Rendirse a una voluntad diferente a la del ego no es nada fácil, porque todos ustedes están impulsados por el ego.
¿Cómo lo sabes? Estás aquí en cuerpo separado, luchando por tu propia supervivencia. Ese es el mundo del ego. No es el mundo que Dios creó para ti. El mundo que Dios creó para ti es una realidad alejada de la visión del ego. El ego no puede verlo; no lo quiere. Al principio, es muy difícil rendirse a una voluntad que te parece extraña.
A medida que practiques estas lecciones y escuches la guía (en lugar de las directivas intencionadas y los deseos maníacos del ego), seguirás esa directiva sutil de hacer «esto» o «aquello», decir «esto» o «aquello», rendirte a una situación, y dejarás de decidir al principio si algo es bueno o malo. Dejarás que las cosas se desarrollen y verás lo que te aportan.
Este es uno de los grandes regalos de rendirse; cuando suceda una situación, en lugar de saltar como el ego— esta es una situación terrible, no debería pasar—, te mantienes tranquilo y te abres a la guía. Tal vez te hayan despedido del trabajo y aparezcan todos tus miedos financieros. En lugar de ello, eliges centrarte en la oportunidad que te brinda este cambio y, dos semanas después, te ofrecen un trabajo que sabes que disfrutarás.
Sin embargo, cuando el ego está a cargo de una situación así, te sumerges en un profundo miedo y pánico. Entonces aceptas el primer trabajo que te ofrecen, y puedes perder esa oportunidad. Pero si te tranquilizas y dices: «Bueno, vale, esto ha ocurrido. Es cierto; he estado diciendo que ya no quiero trabajar allí». Tal vez esto sea una respuesta a tus oraciones. Mantén la calma, mantén los ojos alerta y mantén el corazón y las manos abiertas; es muy posible que te den un regalo.
Ten cuidado con las reacciones de miedo y pánico. Esfuérzate, en cambio, por la respuesta tranquila y deliberada de un ser que tiene fe y que sabe que es cuidado.
Yo soy aquel que conoces como Jesús, y te hablaremos mañana.