1. (187) Bendigo al mundo porque me bendigo a mí mismo.
2 La bendición de Dios irradia sobre mí desde dentro de mi corazón, donde Él mora. 3 No necesito más que
dirigirme a Él y todo pesar desaparece conforme acepto Su infinito Amor por mí.
4 No soy un cuerpo. 5 Soy libre.
6 Pues aún soy tal como Dios me creó.
COMENTARIO DE JESÚS CANALIZADO POR TINA SPALDING
Vosotros sois de hecho seres bendecidos. Yo soy aquel que conoces como Jesús. Cuando vas por el mundo, día a día, viéndolo con ojos de amor y de perdón, tú recibes los beneficios porque te colocas en la misma frecuencia que Dios.
Así es como Dios te ve en tu única forma, y así es como te beneficias cuando haces lo mismo. Cuando actúas de la misma manera en que Dios actuaría— amando, perdonando, siendo creativo, extendiéndote, apasionándote y siendo amable— entonces te sientes increíble. Cuando entiendes que todo lo que estás haciendo, actuar como si estuvieras hecho a la imagen de Dios, entonces te beneficias de ello.
¿Qué más hace Dios? Dios no se preocupa por el mundo material. A Dios le interesa lo atemporal y lo eterno. Tú también te beneficias al ser atemporal y eterno. «¿Qué es lo atemporal y lo eterno?», te preguntarás. Bueno, son las cosas no físicas, cosas que no se rigen por las reglas de este planeta moribundo.
Ahora bien, cuando decimos «planeta moribundo», no queremos decir que se esté muriendo literalmente, sino que el ciclo vital de este planeta está construido en base a la muerte. Todo tiene que morir para que otra cosa viva. Esto lo puedes ver en tus sistemas de producción de alimentos. Muchos animales tienen que morir para alimentarlos a todos ustedes. Este no es un sistema que un Dios amoroso crearía. Incluso la composta que se extrae de material muerto en el suelo del bosque, que parece ser algo saludable, se basa en la muerte para que otro pueda vivir. Refleja la naturaleza de este lugar.
No te apegues a las cosas materiales. Esto es algo muy fácil de decir pero muy difícil de hacer. Todos ustedes han venido a este mundo 3D en un cuerpo porque están apegados a las cosas; ellas son tus ídolos. Pero verás que cuando persigues algo físico, no te va a satisfacer, ya sea un coche, una casa, un cuerpo o el dinero. Sí, en esos primeros impulsos por conseguir lo que quieres, sientes cierta felicidad; pero muy rápidamente, buscas otra cosa. Esta es la señal de que no se trata de algo eterno. Las cosas eternas te satisfacen profundamente y no necesitas ir detrás de otras cosas.
La creatividad, por ejemplo, es algo eterno. La naturaleza de la conciencia es ser creativa. Si puedes ser creativo de cualquier forma que te atraiga y esto te hace feliz, entonces experimentarás a tu naturaleza divina. Sólo no te apegues a las cosas que llegues a crear. Libéralas y compártelas con tus hermanos y hermanas. Entonces serás verdaderamente dueño de ellas, porque las has compartido.
Yo soy aquel que conoces como Jesús, y te hablaremos mañana.