1. Para aquellos que contemplan el mundo desde una perspectiva errónea, la gratitud es una lección muy difícil de
aprender. 2 Lo máximo que pueden hacer es considerar que están en mejor situación que los demás. 3 Y tratan
de contentarse porque hay otros que aparentemente sufren más que ellos. 4
¡Cuán tristes y lamentables son
semejantes pensamientos! 5 Pues ¿quién puede tener motivos para sentirse agradecido si otros no los tienen?
6 ¿Y quién iba a sufrir menos porque ve que otro sufre más?
7 Debes estarle agradecido únicamente a Aquel
que hizo desaparecer todo motivo de sufrimiento del mundo.
2. Es absurdo dar gracias por el sufrimiento. 2 Pero es igualmente absurdo no estarle agradecido a Uno que te
ofrece los medios por los cuales todo dolor se cura y todo sufrimiento queda reemplazado por risa y felicidad.
3 Ni siquiera los que están parcialmente cuerdos podrían negarse a dar los pasos que Él indica, ni dejar de
seguir el camino que les señala a fin de escapar de una prisión que creían que no tenía salida a la libertad que
ahora perciben.
3. Tu hermano es tu “enemigo” porque lo ves como el rival de tu paz: el saqueador que te roba tu dicha y no te
deja nada salvo una negra desesperación, tan amarga e implacable que acaba con toda esperanza. 2 Lo único
que puedes desear ahora es la venganza. 3 Lo único que puedes hacer ahora es tratar de arrastrarlo a la muerte
junto contigo, para que sea tan impotente como tú y para que en sus ambiciosas manos quede tan poco como
en las tuyas.
4. No le das gracias a Dios porque tu hermano esté más esclavizado que tú, ni tampoco podrías, en tu sano juicio,
enfadarte si él parece ser más libre que tú. 2 El amor no hace comparaciones. 3 Y la gratitud sólo puede ser
sincera si va acompañada de amor. 4 Le damos gracias a Dios nuestro Padre porque en nosotros todas las cosas
encontrarán su libertad. 5 Es imposible que algunas puedan liberarse mientras otras permanecen cautivas,
6 pues ¿quién puede regatear en nombre del amor?
5. Da gracias, por lo tanto, pero con sinceridad. 2 Y deja que en tu gratitud haya cabida para todos los que se han
de escapar contigo: los enfermos, los débiles, los necesitados y los temerosos, así como los que se lamentan de
lo que parece ser una pérdida o sufren de un aparente dolor; los que pasan frío o hambre y los que caminan por
el camino del odio y la senda de la muerte. 3 Todos ellos te acompañan. 4 No nos comparemos con ellos, pues
al hacer eso los separamos en nuestra conciencia de la unidad que compartimos con ellos y que ellos no pueden
sino compartir con nosotros también.
6. Damos gracias a nuestro Padre sólo por una cosa: porque no estamos separados de ningún ser vivo y que, por lo
tanto, somos uno con él. 2 Y nos regocijamos de que jamás puedan hacerse excepciones que menoscaben
nuestra completitud o inhiban o alteren en modo alguno nuestra función de completar a Aquel que es en Sí
Mismo la Compleción. 3 Damos gracias por todos los seres vivos, pues, de otra manera, no estaríamos dando
gracias en absoluto y estaríamos dejando de reconocer los dones que Dios nos ha dado.
7. Así pues, permitamos que nuestros hermanos reclinen su fatigada cabeza sobre nuestros hombros mientras
descansan por un rato. 2 Damos gracias por ellos. 3 Pues si podemos dirigirlos a la paz que nosotros mismos
queremos encontrar, el camino quedará por fin libre y despejado para nosotros. 4 Una puerta ancestral vuelve a
girar libremente; una Palabra—hace tiempo olvidada—resuena de nuevo en nuestra memoria y cobra mayor
claridad al estar dispuestos a volver a escuchar.
8. Recorre, pues, con gratitud el camino del amor. 2 Pues olvidamos el odio cuando dejamos a un lado las
comparaciones. 3 ¿Qué podría ser entonces un obstáculo para la paz?
4 El temor a Dios por fin es obliterado y
perdonamos sin hacer comparaciones. 5 Y así, no podemos elegir pasar por alto sólo ciertas cosas, mientras
retenemos bajo llave otras que consideramos “pecados”. 6 Cuando tu perdón sea total tu gratitud lo será
también, pues te darás cuenta de que todas las cosas se han ganado el derecho a ser amadas por ser amorosas,
incluido tu propio Ser.
9. Hoy aprendemos a pensar con gratitud en vez de con ira, malicia y venganza. 2 Se nos ha dado todo. 3 Si nos
negamos a reconocer esto, no tenemos el derecho a sentirnos amargados o a percibirnos como que estamos en
un lugar donde se nos persigue despiadadamente y se nos hostiga sin cesar, o donde se nos atropella sin la
menor consideración por nosotros o por nuestro futuro. 4 La gratitud se convierte en el único pensamiento con
el que substituimos estas percepciones descabelladas. 5 Dios ha cuidado de nosotros y nos llama Su Hijo.
6 ¿Puede haber algo más grande que eso?
10. Nuestra gratitud allanará el camino que nos conduce a Él y acortará la duración de nuestro aprendizaje mucho
más de lo que nunca podrías haber soñado. 2 La gratitud y el amor van de la mano, y allí donde uno de ellos se
encuentra, el otro no puede sino estar también. 3 Pues la gratitud no es sino un aspecto del Amor que es la
Fuente de toda la Creación. 4 Dios te da las gracias a ti, Su Hijo, por ser lo que eres: Su Propia compleción y la
Fuente del Amor junto con Él. 5 Tu gratitud hacia Él es la misma que la Suya hacia ti. 6 Pues el amor no puede
recorrer ningún camino que no sea el de la gratitud, y ése es el camino que recorremos los que nos
encaminamos hacia Dios.
COMENTARIO DE JESÚS CANALIZADO POR TINA SPALDING
Vosotros sois de hecho seres bendecidos. Yo soy aquel que conoces como Jesús. Tienes mucho por lo que estar agradecido. Tú estás aquí, residiendo en este vehículo temporal que te da la oportunidad de encontrar el amor. ¡Qué cosa por la que estar agradecido!
Se te ha dado los medios para transformar tu mente del sufrimiento a la paz. ¡Qué cosa tan maravillosa por la que estar agradecido! Se te dan muchos encuentros con tus hermanos y hermanas como oportunidades para perdonar. ¡Qué cosa tan maravillosa por la que estar agradecido! Tu cuerpo parece funcionar y hacer que te muevas por el mundo en el que tienes este propósito. ¡Qué cosa tan maravillosa por la que estar agradecido!
Tienes tanto por lo que estar agradecido y, sin embargo, tu mente puede encontrar esa cosa que no tienes o ese pecado que alguien ha cometido contra ti, y la multiplicidad de cosas por las que podrías estar agradecido desaparecen en la oscuridad del juicio y la creencia en el pecado. Cuando juzgas, cuando crees en el pecado, cuando enfocas tu mente en esa persona en todo el mundo que ha hecho algo malo, que tú has decidido que nunca se debería haber permitido, tú sacrificas el mundo entero. Renuncias a la paz que es tu estado natural.
Es una elección. Lo haces por libre albedrio. No te das cuenta porque nadie te ha enseñado las consecuencias del juicio. Aquí te enseñamos las verdaderas consecuencias del juicio. Al juzgar a otro, pierdes todo— tu paz y el reconocimiento de cada cosa que te rodea. Tú sabes cuando tienes un resentimiento corriendo por tu mente— un odio o una astilla en el hombro— todo desaparece excepto ese pensamiento de baja frecuencia, esa creencia que tienes a la que sigues volviendo.
Así que perdona. Camina en gratitud y que sepas que serás recompensado con amor— una conexión con el amor, un deseo de amar—, saber que eres un ser amoroso. Cuando usas tu libre albedrio para juzgar, te desconectas de la fuente de todo amor, y te sientes terrible. Cuando culpas, erróneamente, a otra persona por su comportamiento, te hace sentir mal, pero sinceramente es tu juicio lo que te hace sentir mal. Y esa es una elección. No tienes que hacerlo.
Cuando elijes gratitud, te das cuenta de lo insignificante que son esos pequeños pecados que la gente tiene o comete. No son nada en comparación con la paz, amor y la habilidad de ser feliz.
Yo soy aquel que conoces como Jesús, y te hablaré de nuevo mañana.