Prev Next

UCDM Lección 146: Repaso IV: Parte 6 Mi mente alberga sólo lo que pienso con Dios

(131) Nadie que realmente se proponga alcanzar la verdad puede fracasar.
(132) Libero al mundo de todo lo que alguna vez pensé que era.

COMENTARIO DE JESÚS CANALIZADO POR TINA SPALDING
Vosotros sois de hecho seres bendecidos. Yo soy aquel que conoces como Jesús. Este es un momento muy bueno para hablar sobre estos periodos de revisión. Para eso debes recordar la tremenda cantidad de entrenamiento y aprendizaje que has realizado.
Cuando tienes dificultades con este curso en particular, para nosotros es muy interesante, porque vemos cuán diligente sigues las instrucciones de tus maestros en la escuela; por ejemplo, memorizando tus tablas de multiplicar, practicando el alfabeto y aprendiendo a deletrear. Toda una hazaña de aprendizaje, por supuesto, en ese periodo de doce años.
Entiende que la alegría proviene de, por ejemplo, poder leer un libro. Si puedes leer un libro, es porque proviene de tu interés en tu programa de aprendizaje. No estamos destrozando tu sistema educativo al 100% (aunque es un programa muy disfuncional). Queremos enfocarnos en lo bueno que se te dio a través de la disciplina. Confía en el hecho de que cuando aprendes esas lecciones y las pones en práctica, haces lo mismo que un niño pequeño aprendiendo al abecedario. Recuerda que era un poco complicado. Tenías que aprender a sostener el lápiz para escribir las letras correctamente, sacabas malas notas por mala ortografía, y tenias que aprender a estudiar las palabras. Ahora tienes la capacidad de leer un libro y que te transporte a otro lugar y tiempo. ¡Qué alegría es leer un libro realmente bueno!
Queremos que pienses en esas primeras lecciones de esa manera para que no seas demasiado duro contigo mismo. Nunca le gritarías a un niño de seis años que está luchando por deletrear la palabra “ellos”, o que no puede formar las letras correctamente. Te sentarías pacientemente y dirías: “Esta bien. Es un trabajo realmente difícil. Tienes mucho que aprender aquí. ¿Qué tal si lo intentamos de nuevo?” Queremos que te hables a ti mismo de esa manera.
Sé amable contigo mismo, como si fueras un niño aprendiendo a escribir y leer. Cuando te sientas con tu hijo, nieto, sobrina o tu sobrino; como ellos están aprendiendo a leer, no les gritarías y dirías que son estúpidos: “Bueno, leer realmente esto no es para ti. Dejemos este propósito”. Sin embargo te dices eso a ti mismo sobre este particular programa de entrenamiento.
Por favor, ten en cuenta esto mientras lees estas lecciones y estas revisiones. Si no puedes recordar cosas está bien, está bien. Estás aprendiendo a recordar. Estás entrenando tu mente. Si supieras como hacerlo no necesitarías un programa de entrenamiento. Así que sé amable contigo mismo. Sé el padre o el maestro que desearías haber tenido cuando estabas aprendiendo a leer y escribir, y las cosas irán mejor.
Yo soy aquel que conoces como Jesús, y te volveremos a ver mañana.

Leave a Comment