1. (93) La luz, la dicha y la paz moran en mí.
2 Soy la morada de la luz, la dicha y la paz. 3 Les doy la bienvenida a la morada que comparto con Dios
porque formo parte de Él.
2. (94) Soy tal como Dios me creó.
2 He de ser eternamente como siempre he sido al haber sido creado por el Inmutable a Su Semejanza. 3 Y
soy uno con Él tal como Él es uno conmigo.
3. A la hora en punto:
2 La luz, la dicha y la paz moran en mí.
3 Media hora más tarde:
4 Soy tal como Dios me creó.
COMENTARIO DE JESÚS CANALIZADO POR TINA SPALDING
Vosotros sois de hecho seres bendecidos. Yo soy aquel que conoces como Jesús, y mientras repasas estas revisiones, queremos que observes cómo te hacen sentir. Te hacen pensar menos. Te hacen expresarte menos en las palabras y realmente entrar en el sentimiento.
¿Qué se siente al saber que nunca has sido cambiado por ninguna de las ideas tontas y los juicios que has hecho? ¿Qué se siente permanecer perfectamente como Dios te creó? Este es un sentimiento. Ese sentimiento te da confianza. Ese sentimiento te trae paz. Ese sentimiento hace que los altibajos y los vientos de cambio se desvanezcan de ti. Tú ves que no importa lo que haya sucedido en tu vida, no importa lo que haya ido y venido, no importa que alegrías y tristezas hayan pasado por el cielo de tu consciencia, el cielo sigue ahí.
El cielo azul y el sol siguen allí. Tú sigues allí, siempre allí, independientemente de los dramas que pasen por tu mente. Esta es una comprensión muy, muy importante, porque la próxima vez que llegue un drama, felicidad intensa o cambio a tu vida, sabrás que realmente no tiene nada que ver contigo. Eres el inmutable firmamento. Eres la consciencia que observa. ¡Y este es un maravilloso lugar para estar!
No significa que no te importe nada. Al contrario, significa que puedes ver que estás por encima, más allá y más grande que todas esas cosas que se desarrollan en el drama del escenario de tu vida. De hecho, eres el escenario; ustedes no son los jugadores. Esto permite más tranquilidad, paz y alegría en tu consciencia porque no ves ninguna de estas cosas como una amenaza o algo a lo que aferrarse. Son como nubes que tienen permitido atravesar la consciencia de tu firmamento.
Yo soy aquel que conoces como Jesús, y nos volveremos a ver mañana.