1. ¿Quién es mi hermano sino Tu santo Hijo?
2 Mas si veo pecado en él proclamo que soy un pecador, en vez de
un Hijo de Dios, y que me encuentro solo y sin amigos en un mundo aterrador. 3 Mas percibirme de esa
manera es una decisión que yo mismo he tomado y puedo, por consiguiente, volverme atrás. 4 Puedo asimismo
ver a mi hermano exento de pecado y como Tu santo Hijo. 5 Y si ésta es la alternativa por la que me decido,
veré mi impecabilidad, a mi eterno Consolador y Amigo junto a mí, y el camino libre y despejado. 6 Decide,
pues, por mí, Padre mío, a través de Aquel que habla por Ti. 7 Pues sólo Él juzga en Tu Nombre.
COMENTARIO DE JESÚS CANALIZADO POR TINA SPALDING
Vosotros sois de hecho seres bendecidos. Yo soy aquel que conoces como Jesús. Así es como queremos que mires a tus semejantes en este planeta contigo. Si haces juicios en contra de ellos, haces juicios contra ti mismo; y si los amas, te amas a ti mismo. Todos están conectados.
Por ejemplo, imagina una colmena: el caótico y egoísta comportamiento individual de las abejas garantizaría la desaparición de la colmena. Cuando las abejas trabajan juntas—sin luchar entre ellas, sin odiarse, sino permitiendo que cada una desempeñe su papel en el funcionamiento más elevado, independientemente de que lo entiendan o no (el trabajo de la abeja obrera no es similar al de la abeja reina) — están contribuyendo su parte y permitiendo que los demás aporten su parte también. Así es como debes imaginarte a ti mismo y a tus hermanos y hermanas: «Ah, me han dado mi rol, y mi rol me lo da mi sistema de guía que sabe lo que disfruto, lo que me gusta, lo que valoro y lo que me interesa. Y el sistema de guía de mi hermano y hermana les da su rol. Puede que disfruten de cosas completamente diferentes a las mías, pero formamos parte de un colectivo, y este colectivo está trabajando hacia un objetivo que nosotros, en nuestro pequeño yo, no entendemos».
Al igual que las abejas individuales no comprenden cómo su trabajo contribuye al todo, tú tampoco entiendes cómo tu yo único contribuye al todo, pero lo hace. Hay una inteligencia mayor que la tuya en juego. Así que deja de juzgar a los demás, pensando que lo sabes todo. La mayoría de ustedes, de hecho, si les preguntaran: «¿Lo sabes todo?», dirían: «No, no lo sé todo. Hay muchas cosas que no sé.» Sin embargo, cuando se trata de juzgar a los demás, actúas como si lo supieras todo. No sabes hacia donde están siendo guiados los demás, cómo están siendo guiados a hacerlo o qué lecciones están aprendiendo a través de la guía y las experiencias que tienen, así como tú no sabes la sabiduría que tus lecciones y experiencias te van a traer.
Muchos de ustedes no han recibido las cosas que querían, pero al ver en retrospectiva, puedes darte cuenta de que te salvaron de algún sufrimiento al no obtener lo que querías. Esto puede estar ocurriendo hoy también. Cuando juzgas a otro, puedes estar presenciando algo que de alguna manera es benéfico para el todo, pero no estás lo suficientemente elevado en tu evolución como para poder considerar todas las ramificaciones de todo en cada línea de tiempo y en cada persona. Esto es lo que está sucediendo en tu plano. Hay fuerzas mayores en juego de las que no estás al tanto.
Escucha a tu guía. Comprende que si eres feliz y estás alineado, en paz, y participando en una vida que disfrutas, entonces estás en el camino correcto. Se te está dando la guía que necesitas para llevarte a donde necesitas ir como uno de esos participantes en la gran colmena humana.
Yo soy aquel que conoces como Jesús, y te hablaremos de nuevo mañana.