UCDM Lección 280: ¿Qué limites puedo imponer al Hijo de Dios?

1. Aquel que Dios creó ilimitado es libre. 2 Puedo inventar una prisión para él, mas sólo en ilusiones, no en la
realidad. 3 Níngún Pensamiento de Dios ha abandonado la Mente de su Padre; 4 ningún Pensamiento de Dios
está limitado en modo alguno; 5 ningún Pensamiento de Dios puede dejar de ser eternamente puro. 6 ¿Puedo
acaso imponer límites al Hijo de Dios, cuando su Padre dispuso que fuese ilimitado y semejante a Él en
libertad y amor?
2. Hoy quiero rendir honor a Tu Hijo, pues sólo así puedo encontrar el camino que me conduce hasta Ti. 2 Padre,
no le impondré límite alguno al Hijo que Tú amas y que creaste ilimitado. 3 El honor que le rindo a él Te lo
rindo a Ti, y lo que es para Ti es también para mí.

COMENTARIO DE JESÚS CANALIZADO POR TINA SPALDING
Vosotros sois de hecho seres bendecidos. Yo soy aquel que conoces como Jesús. Los juicios santurrones que impones a otros, tú no los ves como que te encarcelan a ti, pero lo hacen. Te mantienen alejado de la verdad de lo que tú eres porque mantienen la ilusión de lo falible que es tu hermano y de las fallas en tu mente. Debes mirarte a ti mismo con el mismo sistema de valores con el que miras a tus hermanos y hermanas.
Cuando juzgas a otros por ser perezosos, te juzgarás a ti mismo por ser perezoso. Cuando juzgas a otros por ser feos, te juzgarás a ti mismo como feo. Magnificarás lo que tienes en tu mente poniéndolo en tus hermanos y hermanas. Así es como el ego se alivia del dolor: en forma de proyección. Toma lo que está en tu mente y lo pone en otra persona. Pero realmente no lo elimina, simplemente lo desplaza un poco; de hecho, lo magnifica porque estás poniendo tu energía en creer que el otro es culpable.
No puedes eliminar de tu mente la culpa que sientes, el auto desprecio que sientes, o el juicio que sientes al proyectarlo sobre los demás. De hecho, lo mantienes vivo. Así que comprende que con la práctica del perdón, al dejar de hacer estas cosas, traes alivio a tu propia mente y lo devuelves equilibrado con la verdad.
Yo soy aquel que conoces como Jesús, y te hablaremos de nuevo mañana.