1. Busco mi verdadera identidad y la encuentro en estas palabras: “El Amor, que es lo que me creó, es lo que soy.”
2 Ahora no necesito buscar más. 3 El Amor ha prevalecido. 4 Ha esperado tan quedamente mi regreso a casa,
que ya no me volveré a apartar de la santa faz de Cristo. 5 Y lo que contemple dará testimonio de la verdad de
la Identidad que procuré perder, pero que mi Padre conservó a salvo para mí.
2. Padre, Te doy gracias por lo que soy, por haber conservado mi Identidad inalterada e impecable en medio de
todos los pensamientos de pecado que mi alocada mente inventó. 2 Y Te doy gracias también por haberme
salvado de ellos. 3 Amén.
COMENTARIO DE JESÚS CANALIZADO POR TINA SPALDING
Vosotros sois de hecho seres bendecidos. Yo soy aquel que conoces como Jesús. ¿No les hemos dicho todo el tiempo que ustedes están hechos de amor, por amor y para el amor?
Queremos que comprendas que cuando te ves a ti mismo de esa manera, entonces te relajas. Cuando te ves a ti mismo como tonto, estúpido o indigno de amor, te pones tenso. Cundo te tensas, cada sistema de energía de tu cuerpo cambia a una frecuencia más baja, y en ese momento, comienzas a atraer hacia ti cosas de una frecuencia similar. Verte a ti mismo como un ser amoroso es uno de los mayores desafíos que le darás al ego. El ego no te ama. No fue hecho de amor, por amor y para el amor; se hizo mediante la separación, con el propósito del miedo, la búsqueda de la muerte y con prácticas faltas de amor. Sabemos que el lenguaje que usamos es, a veces, muy dramático, pero llama tu atención, ¿no es así?
Sé el ser amoroso que eres y amate a ti mismo primero. Odiarte a ti mismo o juzgarte a ti mismo es, de hecho, blasfemar y atacar a Dios. Has sido creado en un formato particular por una razón en particular. Sí, tienes algunas distorsiones espinosas con las que tropiezas de vez en cuando, pero si puedes simplemente relajarte y flotar por esa corriente en lugar de empujar cuesta arriba, corriente arriba, comenzarás a ver que tus espinas, tus tensiones y tus juicios llegan cuando estás fuera de alineación contigo mismo. No tiene nada que ver con nadie más, eres tú.
Si te relajas y sigues tu guía interior, escuchas las cosas que te gustaría hacer y te gustaría disfrutar. Si no puedes hacer eso porque has creado un mundo que no está alineado contigo mismo, entonces comienza a tomar nuevas decisiones. Puedes comenzar a tomar esas decisiones dentro de tu propia mente. No tienes que andar como un toro en una tienda china cambiando todas y cada una de las facetas de tu vida. Más bien empieza a pensar de manera diferente. Empieza a decir: “Estoy trabajando en este empleo como banquero, pero realmente me gustaría convertirme en joyero”. (Te estamos dando ejemplos aleatorios aquí, ninguna de estas es más o menos importante que cualquier otra profesión, sólo para que lo sepas). Si quieres convertirte en joyero y eres banquero, comienza a investigar cursos de joyería. Empieza a investigar cómo podrías obtener un año sabático para ir a estudiar joyería. Contacta con un joyero cuyo trabajo te guste y pregúntale si acepta aprendices o si hacen talleres de fin de semana o de verano.
Usa tu iniciativa. Utiliza tu enfoque. Usa tu intención de crear lo que quieras crear. Esta vida que llevas se trata todo esto.
Se te ha dado estos deseos, afiliaciones y gustos particulares porque tienen algo para que tú aprendas sobre ti mismo. Puede que no te vayas a convertir en un joyero de fama mundial, pero puede que te sientas más feliz en esa profesión. Puede ser que encuentres un dulce punto creativo que no sabías que tenias, y desde ese lugar, comienzas a cambiar y transformar tu vida dramáticamente.
Así que sé valiente. Alinéate con el amor— amándote a ti mismo primero, eligiendo las cosas que te encantan hacer y, por supuesto, amando a los demás en el camino. A medida que te ames más a ti mismo, dejes de patear y pelear con la realidad, juzgándola como inaceptable cuando en realidad tiene que ser aceptable (es lo que está sucediendo), encontrarás que tienes menos espinas, eres menos difícil. Otras personas son menos difíciles porque tú estás en un punto dulce.
Yo soy aquel que conoces como Jesús, ¡y te amo! Te volveremos a ver mañana.